viernes, 24 de noviembre de 2006

Huellas en el cielo

Montado en la quimera de la ciudad
Veo correr los niños en la oscuridad
Nada más que hambre ellos tendrán
Nada más que amor necesitarán

El agua cae en los vidrios que intentan limpiar
Y puedo ver sus penas a través del cristal
Niños que sudan sangre vertida en el mal
Anécdotas suicidas pronto contarán.

El agua corre libre y cae a sus pies,
Desnudos frente a sendas de clavos de hiel
No corren tras sus sueños, son presas del montón
Culpables o inocentes, son siervos del dolor.

Cuando el sol parte a la sierra, vuelan por la ciudad,
Las almas de los niños que un arma ha de llevar
Y los que sobreviven esperan un día más,
Se aferran a la suerte de ser en libertad.

De la justicia cae una bala de paz
Y de los edificios cae la ingenuidad
Llueve la ignorancia, el desprecio, el mal
Que todos provocamos por no querer amar.

Les cae como piedras que parten su ansiedad,
Y en el cemento quedan su fe y su humanidad,
Y las veredas guardan como un recuerdo más
Las pisadas de niños que mueren sin luchar...

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